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Enseñando a nuestros niños y niñas el valor de la paciencia.

La paciencia es una virtud y una habilidad que ayudará a los niños a convivir adecuadamente con los demás, a tener calma, a evitar nerviosismo, agobios e impulsividad, entre otras cosas la paciencia o la capacidad de esperar es un valor que puede y debe ser enseñado a los niños desde la más temprana edad posible; por ello, aquí te dejo 10 simples consejos que te ayudaran a fortalecerla durante estos días que debemos permanecer en casa

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1. Dar ejemplo. Aprenden imitando

  • Los niños son grandes imitadores, así que ante ellos debemos demostrar nuestra mejor paciencia.

  • Si nos sacan de quicio las dificultades, si ponemos el grito en el cielo porque nuestro hijo o hija tarda un poco más de la cuenta en comer... No le estamos dando un modelo de serenidad, y además le estamos transmitiendo nuestra propia ansiedad.

  • Si no podemos controlarnos y perdemos la paciencia, hay que pedirles disculpas, para que aprenda a reconocer sus propios errores ante los demás.                                      

2. Ser comprensivos con sus limitaciones

  • Hay situaciones (si el niño está sensible, tiene hambre, sueño, cansancio) en las que es excesivo pretender que tenga paciencia y espere. En esos casos está justificado atenderle sin demoras y suplir sus necesidades, tanto emocionales como físicas.

  • También conviene organizar la vida diaria de modo que le evitemos las esperas largas siempre que sea posible. No conviene anunciarle los acontecimientos con demasiada antelación. Es mejor prometer «mañana vamos al cine», que «la semana que viene iremos al cine».

3. Introducir pequeñas esperas

  • Hacia el primer cumpleaños ya podemos empezar a enseñar a un niño a esperar unos minutos hasta que le sirvamos el postre, o a aguardar un poco mientras preparamos su merienda. Aunque le cueste, puede empezar a asimilar cosas así.

4. Enseñar buenos modos

  • Hagámosle ver, predicando con el ejemplo, que hay que pedir las cosas educadamente.

  • No debemos ceder a sus comportamientos inadecuados como modo de conseguir sus deseos.

  • Tampoco debemos ser insensibles: a veces esos comportamientos inadecuados son un toque de atención.

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5. Cumplir nuestras promesas

  • Si le hemos dicho «después de comer haremos el rompecabezas», o «cuando guarde el mercado miraré lo que has pintado», cumplamos lo prometido, solo así aprenderá que esperar vale la pena.

 

6. Explicar por qué hay que esperar

  • «Las cosas quedan mucho mejor si se tiene paciencia para prepararlas. ¿Ves?, esta gelatina estará mucho más rica, si le ponemos algunas fresas y lecherita». «Cuando termine de preparar la comida jugamos un poco. Si no, se quemarán las tajadas». Usemos un tono calmado y cómplice, no tenso y exasperado. No siempre funcionará, pero sí a la larga comprenderá.

7. Pasatiempos para esperas inevitables

  • En la sala de espera del médico, en los viajes o en las filas, podemos inventar pequeños juegos como el «veo, veo, el cual consiste en decir las características de un objeto y ellos deberán adivinar que objeto es», mirar cuántos carros rojos pasan o cuántas personas llevan zapatos negros, contarle algún cuento... También puede ser útil llevar algún juguete. La espera entretenida es menos espera.

 

8. Paciencia en situaciones sociales

  • A esta edad les cuesta, por ejemplo, guardar turnos para usar un columpio. Mejor que imponerles que han de hacerlo porque sí, conviene hacerles pensar en la necesidad de aguardar su turno y explicarles las ventajas, aunque aún no puedan entenderlo del todo.

 

 

9. Enseñarle a no interrumpir una conversación

  • Podemos ponernos a la altura del niño o la niña y decirle: «espera un momentico y te atenderé enseguida».

  • Aunque insista, es mejor ignorarlos durante un momento que no sea muy largo (quizás un par de minutos).

  • Después, hay que cumplir siempre nuestra promesa de atenderlos y elogiarle por haber «esperado».

  • Es importante hacer esto manteniendo la calma, y aumentar poco a poco los momentos de espera.

10. La paciencia a la hora de jugar.

  • Hay padres que toman por hecho de que sus hijos nacen ya sabiendo jugar y manipular todo tipo de juguete.

  • Todo aprendizaje requiere tiempo y paciencia. Juega con tu hijo o tu hija y aprovecha para ejercitar la paciencia con él. Lean juntos el manual del juguete y aprendan cómo se juega. Si el juguete es de montar, escucha lo que quiere hacer el niño o la niña y ayúdale a conseguirlo, con paciencia. 

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